No hay una sola nación en el mundo que pueda considerarse autosuficiente a sí misma y que no necesite del apoyo de los demás países. Incluso las naciones más ricas necesitan recursos de los cuales carecen y que por medio de las negociaciones y acuerdos mundiales suplen sus necesidades y carencias en otros países o regiones.

Todos los países, incluidos los más pobres y pequeños, tienen activos (humanos, naturales, industriales y financieros) que pueden emplear para producir bienes y servicios para sus mercados internos o para competir en el exterior. La economía clásica dicta que los países pueden beneficiarse cuando esas mercancías y servicios se comercializan. De esta forma se consolida la teoría de la ventaja comparativa desarrollada por David Ricardo en el siglo XIX que indica que los países prosperan, en primer lugar aprovechando sus activos para concentrarse en lo que pueden producir mejor y después intercambiando estos productos por los productos que otros países producen mejor. Dicho de otro modo, aunque un país no tenga ventaja absoluta en la producción de ningún bien, como sucede con las llamadas naciones periféricas, le convendrá especializarse en aquellas mercancías para las que su ventaja sea comparativamente mayor o su desventaja comparativamente menor (Fernández, 2013).

Para entender mejor esta teoría se presenta la siguiente tabla:

Tabla comparativa de producción por unidad de trabajo

En el ejemplo anterior puedes apreciar que Argentina posee ventajas absolutas con respecto a México en la producción por unidad de trabajo del petróleo y que México tiene una ventaja absoluta sobre Argentina en la producción por unidad de trabajo de la carne de bovinos.

David Ricardo enunció entonces la “Ley de la ventaja comparativa” que indica que cuando cada país se especializa en la producción de aquel bien en el cual tiene una ventaja comparativa, el producto total mundial de cada bien necesariamente aumenta por el resultado de que todos los países mejoran los niveles de producción que se traducen en un mayor bienestar, al disponer de mayor cantidad de bienes para consumir a precios más ventajosos. (Fernández, 2013).

Su conclusión es que, el libre comercio es ventajoso si existe una diferencia en los requerimientos relativos de trabajo entre los distintos países. México fue un país con un sistema proteccionista de su economía por muchos años, pero con su incorporación en diversos tratados internacionales fortaleció su apertura comercial.

Al año 2014 México cuenta con una red de 10 Tratados de Libre Comercio que cubre 45 países. 

Además cuenta con 30 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones (APPRIs) y 9 acuerdos de alcance limitado en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). México se posiciona como una puerta de acceso a un mercado potencial de más de mil millones de consumidores y 60 por ciento del PIB mundial, gracias a que ha firmado acuerdos comerciales en tres continentes (SE, 2014):

En la tabla, emitida por la Secretaría de Economía de México (2014), se pueden visualizar los tratados que tiene México con otros países, con datos de referencia del número de habitantes y del porcentaje del producto interno bruto mundial de dichos países.

Tratados de libre comercio de México y poblaciones

Es importante revisar diferentes leyes y aplicaciones de Inteligencia de Mercados Internacionales que estén actualizados por el DOF de nuestro país para consultar los acuerdos internacionales de los cuales México forma parte.

En la tabla se muestran los acuerdos vigentes que tiene México para los tomates cherry en el mercado Internacional.

Historial de Tratados para la fracción 07020001-Tomates Cherry

Una vez que se han analizado aspectos relevantes de los tratados comerciales internacionales de México, es necesario que se estudien los factores que impulsan el comercio internacional.

Existen ciertos factores que motivan el comercio internacional, los más comunes para hacer negocios en el extranjero son los que se muestran en la siguiente figura.

La comercialización entre los países se logra promoviendo acuerdos de cooperación económica entre las partes. Las empresas de cada país deben impulsar las relaciones comerciales y suscribir proyectos enmarcados en el bien de la comunidad.

Al inicio del tema se habló sobre la ventaja comparativa, donde uno de los aspectos relevantes es la posibilidad de que los países se especialicen en aquellos productos que mayores ventajas les ofrecen, esto nos lleva a requerir de productos de otros países en los cuales no se es especialista en relación a ellos y por tanto obtener beneficios derivados de esas operaciones comerciales. El intercambio que existe entre dos naciones al exportar e importar sus productos, es lo que se denomina comercio internacional.

Algunas de las ventajas del comercio internacional son:

Ventajas del comercio internacional, (2014). Elaboración propia.

Es importante, en el proceso de desarrollar una visión internacional de negocios, entender esas ventajas de tal forma que se aprovechen de forma eficiente y efectiva las oportunidades que ofrece el comercio internacional y tener herramientas en los procesos de negociación que implican la ejecución de las estrategias de comercialización internacional.

Por lo tanto, hay que destacar algunos cuestionamientos relevantes que un directivo con visión internacional de negocios debe considerar: